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viernes, 18 de mayo de 2012

Todos los caminos llevan a Munich

El panorama futbolístico mundial mira a Munich. La ciudad alemana se convertirá en el epicentro del fútbol con la disputa de la final de la UEFA Champions League 2012. La competición por antonomasia a nivel de clubes medirá en su final, al anfirtrión, el Bayern de Munich y a los blues de Londres, el Chelsea FC. Los bávaros,  uno de los favoritos desde el comienzo, tendrán en su mano ser el primer equipo que levante el título en su propio estadio desde la temporada 1964/1965 que lo hizo el Inter de Milán. La última vez que un anfitrión jugó la final en su estadio la perdió. Fue la Roma en la temporada 1983/1984.

La "orejuda" busca nuevo dueño en el Allianz Arena de Munich.

¿Cómo han  llegado ambos a la final?

El Chelsea FC comenzaba su periplo europeo encuadrado en el grupo E junto al Bayer Leverkusen, Valencia y el Genk belga. Los londinenses, entrenados en aquel momento por André Villas-Boas, acababan la fase de grupos con 11 puntos y en primera posición, certificando la clasificación en el último acto, al vencer al Valencia (3-0) en Standford Bridge.
En octavos esperaba una de las sensaciones de Europa, el Nápoles de los Cavani, Hamsik y Lavezzi mediría a los blues en una de las eliminatorias más atractivas. Tras la derrota en San Paolo (3-1), André Villas-Boas era destituído. El interino Roberto Di Matteo obró el milagro. Victoria (4-1) en la prórroga y pase a cuartos de final. En los cuartos el sorteo deparó que los de Roman Abramovich se enfrentaría al Benfica. El Chelsea solventó la eliminatoria con sendas victorias (3-1 en el global) y se plantaba en semifinales.
Dos partidos separaban a los blues de volver a la final de la Champions. En frente, nada más y nada menos que el FC Barcelona, el vigente campeón y el denominado por muchos, mejor equipo del mundo. La eliminatoria se vendió como "imposible" en Inglaterra, pero fútbol es fútbol y matemáticas son matemáticas. Los 180 minutos de eliminatoria demostraron que la posesión no da las victorias. El Chelsea pasó de campo una docena de veces y tiró tres veces en toda la eliminatoria a puerta. Resultado: tres goles y pase a la final. La victoria en Londres (1-0) y el posterior empate (2-2) en el Camp Nou, ante un FC Barcelona en superioridad numérica, daba a los de Di Matteo el acceso a su segunda final (tras la de 2008 en Moscú).
Sin duda, el Chelsea ha llegado a esta final superando obstáculo tras obstáculo. Se clasificaba en la última jornada en un partido a cara o cruz con el Valencia. Remontaba al Nápoles una eliminatoria casi perdida. Y en semifinales despedía al vigente campeón sin conocer la derrota. Si están en Munich, es por algo.

Fernando Torres sentencia la eliminatoria frente al FC Barcelona (2-2).

El Bayern de Munich comenzaba su andadura en la competición el 17 de agosto con la disputa del play-off de acceso. Los bávaros se deshacían con facilidad del Zúrich (0-3 en el global) y accedían a la fase de grupos. 
El sorteo los encuadraba en el grupo A o "grupo de la muerte" junto al Villarreal, Manchester City y Nápoles, equipo eliminado por su rival en la final. Los del sur de Alemania demostraron todo su potencial. Líderes de grupo, 13 puntos y clasificados antes del último acto. En octavos se midieron a su vecinos suizos del Basilea. La derrota (1-0) en St.Jacob-Park les obligaba a remontar. El Allianz Arena ejerció de guillotina para unos suizos que se llevaron 7 goles de vuelta a Basilea. En cuartos esperaba el Olympique de Marsella que había eliminado in-extremis al Inter de Milán. Los de Juup Heynkes vencían tanto en Francia como en Alemania y se plantaba en semifinales. El último escalón que debían superar, y lo hicieron, era el Real Madrid. El Bayern de Munich se plantaba en "su" final al derrotar por penaltis a los blancos (3-3 en el global).
El Bayern era uno de los favoritos para llegar a Muncih y ha cumplido con su cartel. Ahora le toca ganar y levantar su 5º Champions ante su público.

El Bayern de Munich es favorito, juega en casa, en su estadio, en un Allianz Arena que conoce al milímetro. Pero ¡cuidado!, es una final, la final de la Champions League, donde no existe favorito posible. Son 90 minutos, hora y media para tocar la gloria europea y si ambos están en ella, será por algo.
Como toda final, como todo título que se decide a un partido, serán los detalles, esos momentos clave los que decidirán el campeón. 

1. Factor campo. El Bayern juega en casa. Lo hace en su Allianz Arena, en su jardín particular donde solo sabe ganar. 7 partidos, 7 victorias, 21 goles a favor y 4 en contra, sin duda, unos números que asustan.

2. Las bajas. Ambos equipos tienen bajas importantes. Sin duda el Chelsea está más perjudicado. Los blues no podrán contar con su capitán Terry, autoexpulsado en el Camp Nou, Ramires, Ivanovic o Raúl Meireles, todos ellos jugadores claves en esta UEFA Champions League. Terry anotó contra el Valencia, Ramires en el Camp Nou, Ivanovic dio el pase en la prórroga contra el Nápoles y Raúl Meireles sentenció al Benfica. El Bayern por su parte pierde al austriaco Alaba, al central alemán Holger Badstuber y al brasileño Luiz Gustavo.

3. La presión. El Chelsea llega a Munich con la etiqueta de víctima. Una etiqueta que parece gustarle como en los octavos ante el Nápoles o en las semifinales contra el FC Barcelona. Sin nada que perder, a priori, los blues puede aprovechar ese factor. El Bayern de Munich juega en casa, es favorito, todo parece sacado de una película de Disney, pero es el campo el que dictará sentencia.

4. La calidad. Viendo los posibles titulares de ambos equipos, los bávaros tienen mayor calidad jugador por jugador. Robben y Ribery pueden ser fundamentales. En cualquier jugada pueden decantar la balanza hacia su favor. Además el poder de determinación alemán, en general, es mucho mayor que el de los ingleses.

5. Drogba. El costamarfileño a sus 34 años tiene ante sí el partido de su vida. Ganador nato por naturaleza ha conducido al Chelsea hasta esta final. Trabajo, carácter y goles son la carta de presentación de este veterano con la ilusión de un juvenil. Derrotado por penaltis en la final de la Champions de 2008 y en las finales de la Copa África de 2006 y 2012, el fútbol sin duda le debe una a Didi , le debe una al elefante marfileño, en definitiva, el fútbol tiene una deuda consigo mismo.

Esta final será la última oportunidad de la "vieja guardia" blue de alzarse con un título de este calibre. Ellos, Frank, Didier y John, no son tres amigos cualesquiera, son el alma de un vestuario, el reflejo de una afición, en definitiva, son el Chelsea. En frente se encontrarán el hambre de unos jóvenes alemanes -Neuer, Müller-  , la calidad de un holandés -Robben- , el carácter de un francés - Ribery-  y el gol de un "español" - Mario Gómez.
Mañana todos los caminos llevan a Munich. Es la final de la Champions, es el partido más esperado desde agosto. Disfrutemos.

Drogba, Lampard y Terry ante su última oportunidad de reinar en Europa.

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